Su sigla traduce: Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas. Es una responsabilidad tributaria que todas las personas naturales o contribuyentes deben pagar. La declaración de renta queda reflejada en un documento en el que el contribuyente debe informar los ingresos, los egresos y las inversiones realizadas durante el año anterior.

Se suman todos los ingresos recibidos por la persona, no se deben separar los ingresos por actividad económica, por ejemplo: si una persona es comerciante y vende artículos de aseo, pero adicionalmente presta servicios por cualquier otro concepto, deberá sumar todos los ingresos recibidos en las dos actividades y ese será el valor que deberá tener en cuenta para saber si supera el tope para declarar renta.

1. Patrimonio bruto superior a los $ 160.232.000 al 31 de diciembre del 2020.
2. Ingresos superiores a $ 49.850.000.
3. Los movimientos financieros en cuanto a tarjetas de crédito que supere los supere los $49.850.000.
4. El valor total de las compras y consumos que sean mayores a $ 49.850.000.
5. El valor total acumulado de consignaciones bancarias, inversiones financieras o depósitos que excedan los $ 49.850.000.

Son aportes realizados a la caja de compensación familiar, el Sena y el ICBF, producto de la firma de un contrato de trabajo. Estos aportes se liquidan y se pagan tomando como base de cotización del salario devengado mensualmente por dicho empleado.

 Según la ley 43 de 1990 en el parágrafo segundo del artículo 13 dice: Será obligatorio tener revisor fiscal en todas las sociedades comerciales, de cualquier naturaleza, cuyos activos brutos a 31 de  diciembre del año inmediatamente anterior sean o excedan el equivalente de cinco mil salarios mínimos y/o cuyos ingresos brutos durante el año inmediatamente anterior sean o excedan al equivalente a tres mil salarios mínimos.